Para tomarse un tiempo fuera de todas las preocupaciones y de la rutina hay un destino igual, entre todo lo que hay que ver en Aranjuez no sabrás por dónde empezar.
La Vega
Es impresionante como a través de los años las cosas antiguas no hacen más que aumentar su valor, la cultura y la historia siempre ha de ser bien valorada alrededor del mundo, en lo que respecta a España en su gran mayoría invita a todos a que vislumbren su historia con impecables arquitecturas de siglos pasados, en esta ocasión las cosas son un poco diferentes y es que La Vega prevalece como núcleo de la localidad, un motivo más para querer ir entre todo lo que hay que ver en Aranjuez.
La vega de Aranjuez, entre los ríos Tajo y Jarama, ha estado poblada desde tiempos remotos. El trazado actual se remonta al reinado de Felipe II (s. XVI), que concedió a esta población el título de Sitio Real. Felipe V (s. XVII-XVIII) y Carlos III (s. XVIII) convirtieron a Aranjuez en un núcleo cortesano donde la arquitectura palaciega se da la mano con bosques y jardines, todo acorde con el gusto estético de la Ilustración. Al pensamiento racionalista de aquel entonces se debe el trazado reticular de las calles de su casco antiguo.
Palacio Real
Esta ciudad tiene mucho que ofrecer a todo quien la visite, pero hay que resaltar definitivamente a una de las joyas de esta ciudad madrileña, y, por supuesto, origen de su esplendor, se trata de su Palacio Real.
La realización actual es la suma de reconstrucciones y añadidos que comienzan con la obra de Juan Bautista de Toledo, arquitecto de Felipe II. Con el paso de los años también intervinieron otros maestros al servicio de los reyes españoles como Juan de Herrera (artífice del monasterio de El Escorial) y Francisco Sabatini (arquitecto de Carlos III que realizó abundantes construcciones en Madrid).
Cabe destacar que en sus dependencias interiores abundan piezas barrocas como las que podemos ver en las salas de relojes, porcelanas o pinturas (Lucas Jordán, Vicente López o Esquivel…), todos estos aspectos convierten al recinto en una edificación que además de perdurar a través de la historia se convierte en un símbolo de peso para la ciudad.
Jardines de Aranjuez
Se trata de una parte sumamente representativa para la ciudad, si hay algo que ver en Aranjuez son sus jardines. Ante la fachada este del palacio se encuentra el Jardín del Parterre, de corte inglés, donde destacan las esculturas de sus fuentes que le da una imagen no solo antigua sino muy sofisticada. Otros dos jardines parten de este conjunto.
El de la Isla, llamado así por extenderse entre el curso del Tajo y la Ría, es otro de los lugares por los que conviene pasear. Más boscoso es el Jardín del Príncipe, de estilo afrancesado y gótico. El cauce del río, fuentes y plazas acompañan aquí a la Casa del Labrador. Se trata de otro palacete al estilo de los pabellones de Versalles, París, que acoge interesantes muestras pictóricas.
Cabe destacar que Aranjuez ha sido una ciudad cortesana durante siglos y por ello conserva numerosas construcciones relacionadas con el ocio. Su plaza de toros alberga el Museo “Aranjuez: una fiesta”, donde el visitante puede acercarse al mundo taurino y a la historia del ocio de la ciudad. Por su parte, las antiguas Cocheras de la Reina Madre, son hoy el Centro Cultural Isabel de Farnesio, lugar de exposiciones, conferencias y conciertos.
Casa del Labrador de Aranjuez
Data del período neoclásico, con una arquitectura totalmente exquisita, con sus impresionantes candelabros y los murales que cubren las paredes, sentirse en un palacio en un eufemismo para los que representa este lugar
Esta casa fue construida en tiempos de Carlos IV sobre una modesta casa de labradores ubicada dentro de los jardines del Palacio de Aranjuez, a orillas del Tajo. En el interior podemos encontrar muebles y decoración de diferentes épocas. De todas las estancias cabe destacar el Salón de María Luisa y el Cuarto de Platino.
¿Qué comer en Aranjuez?
En cuanto a la gastronomía de la ciudad, todos saben que unas vacaciones no están completas si no las terminas con un buen sabor de boca. Las huertas que rodean Aranjuez aportan a la gastronomía alcachofas, coles de Bruselas, habas, espárragos… preparadas según múltiples recetas. La caza, tan tradicional en estos bosques, nos ofrece excelentes piezas de faisanes, perdices y codornices. La fresa, es otra de sus especialidades.